Llegó el fin de curso.
Y al hacer recuentro, vuelvo a sorprenderme de lo que entre todos hemos hecho. Aunque cuando estamos en clase, insisto en que no tiene gran importancia la calidad artística de nuestros trabajos sino el proceso de realización, las vivencias que nos hace resolver problemas o incluso el disfrute al hacer algo diferente con nuestras ideas y nuestras manos, lo cierto es que muchos de los trabajos sí han tenido mucha calidad.
Esto me dá mucho que pensar.
Veo creatividad y originalidad. Intentos de expresar con sinceridad y encanto y obras llenas de vida que dignifican y elevan al infinito nuestra sencilla clase de Educación Plástica con las dos exiguas horas a la semana que tenemos.
Además, confieso que he tenido muchas satisfacciones durante el curso. Una de ellas, de forma sorpresiva al revisar los cuadernos y ver comentado uno de los poemas de Rafael Alberti, precisamente el dedicado a la Acuarela.
No hay despedida buena, pero en nuestro caso no es tal porque el próximo curso volveremos a vernos por nuestro Instituto y a pintar nuevas y diferentes obras.
Por si alguien quiere seguir formándose en las Artes Plásticas os voy a recomendar un libro para leer este verano.
Harvey Rachlin. Tras las obras maestras. Ed: Manon Troppo.
Se trata de varias historias fascinantes y curiosas de algunas pinturas famosas como La Mona Lisa o el Guernica. Espero que os guste.
Feliz verano.
Luis Lomelino.